La inteligencia artificial generativa ya está transformando la manera en que consumimos y producimos información. No es una moda pasajera ni una promesa lejana. Es una tecnología que avanza rápido, y no siempre desde principios claros. Uno de los mayores desafíos está en los datos que la alimentan: muchos provienen de fuentes poco éticas, sin transparencia o directamente ilegales. Y eso, en Europa, tiene un impacto directo sobre los medios.

En Data Week 2025 expusimos con claridad el riesgo al que se enfrentan. Por un lado, los medios ven cómo su contenido se reutiliza sin permiso para generar beneficios en otros sectores. Por otro, la proliferación de modelos entrenados con datos de baja calidad acelera la propagación de noticias falsas. En ese contexto, la confianza del público se vuelve un recurso cada vez más frágil.

En TEMS apostamos por una solución estructural. Más allá de la regulación, lo que hace falta es infraestructura. Un Espacio de Datos para Medios que devuelva a los creadores el control sobre su contenido, y que funcione sobre bases como la transparencia, el respeto a los derechos, la compensación justa y el cumplimiento normativo.

Este enfoque ya está en marcha. Junto con EDMO y actores como AFP, APA y dpa, estamos conectando datos verificados a una infraestructura compartida. Queremos que la GenAI no debilite el periodismo, sino que lo refuerce con herramientas construidas sobre la verdad.

Sabemos que la desinformación no se elimina de un golpe. Pero sí podemos construir soluciones concretas: datos fiables, gobernanza clara y un ecosistema que combine innovación con integridad. Si la GenAI va a quedarse, también deben hacerlo los derechos de quienes alimentan esos sistemas con información verificada.

Porque lo que realmente marca la diferencia no es solo el avance de la tecnología, sino la infraestructura que decidimos construir para sostenerla.